El Aeropuerto de Chinchero, ubicado en la provincia de Urubamba en la región del Cusco, se ha convertido en un símbolo de espera y frustración para los habitantes locales y los viajeros por igual. Con una historia que abarca más de dos décadas, este proyecto prometedor ha enfrentado una serie de obstáculos que han retrasado su conclusión y desafiado las expectativas de su eventual apertura.
Desde su concepción, el aeropuerto ha sido objeto de grandes expectativas y promesas. Se esperaba que se convirtiera en el segundo más grande del Perú después del aeropuerto Jorge Chávez en Lima, lo que significaría un impulso significativo para la región en términos de turismo y desarrollo económico. Sin embargo, a pesar de la inversión de 2,800 millones de soles y la asesoría técnica de Corea del Sur, la fecha de finalización del proyecto sigue siendo una incógnita.
Uno de los principales desafíos que enfrenta el Aeropuerto de Chinchero es la falta de financiamiento por parte de la empresa a cargo, el Consorcio de Natividad. Factores como la inflación y la sobredimensión del diseño del proyecto han contribuido a la desfinanciación de la empresa, lo que ha llevado a un avance significativamente más lento de lo esperado en la construcción. Con un avance actual del proyecto apenas del 11 %, está claro que se necesitan soluciones urgentes para impulsar el progreso y garantizar su finalización en el futuro cercano.
Además del problema de financiamiento, el aeropuerto también ha sido objeto de disputas y conflictos con el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). Las controversias sobre la adecuada procura y evaluación en la firma del contrato han generado tensiones adicionales que han obstaculizado el avance del proyecto. A pesar de los intentos por resolver estas disputas, como la instalación de una Junta de Administración de Disputas, los desafíos persisten y la incertidumbre sobre el futuro del aeropuerto sigue siendo alta.