La famosa frase de Antonio Raimondi, “el Perú es un mendigo sentado en un banco de oro”, refleja dos realidades clave de nuestro país. Por un lado, alude al enorme valor de nuestros recursos naturales, ya que Perú es un actor crucial en el mercado mundial de la minería, con importantes reservas de cobre, plata y zinc. Sin embargo, la cita también pone en evidencia que este tesoro no ha sido completamente aprovechado para generar beneficios concretos y sostenibles para la población peruana.
Aparte de los recursos naturales, la ubicación geográfica de Perú es otro factor estratégico que contribuye a su valor. El país se encuentra en una posición privilegiada en la costa central del Pacífico Sur, lo que le otorga un gran potencial para convertirse en un eje logístico clave entre Sudamérica y Asia, al albergar 16 de los 20 puertos más grandes del mundo. Este factor geográfico, combinado con los recursos naturales, puede posicionar al Perú como un centro clave de comercio internacional.
Este contexto ha motivado la construcción de grandes proyectos portuarios como el Megapuerto de Chancay, que, con una inversión inicial de US$ 1,300 millones, tiene el potencial de transformar el sistema portuario tanto a nivel nacional como latinoamericano. La primera fase de este proyecto ya está en marcha, y se prevé una segunda fase con inversiones adicionales de hasta US$ 2,200 millones. Además, la construcción de nuevos puertos como el Terminal Portuario Jinzhao en Marcona, y la expansión del muelle Bicentenario en el Callao, refuerzan la capacidad operativa del país y abren oportunidades de empleo e inversión.
En el sur del país, también se perfila otro proyecto de gran envergadura: el Megapuerto de Corío en Arequipa. Aunque todavía en fase de estudios, este proyecto ya ha atraído la atención de inversionistas internacionales de países como China, Corea del Sur, Portugal y Estados Unidos. Con una inversión estimada en US$ 7,500 millones, más del doble de lo proyectado para Chancay, el Megapuerto de Corío podría convertirse en un nuevo motor de desarrollo para la región sur del Perú, brindando nuevas oportunidades económicas y comerciales.
La competitividad de los puertos de Chancay y Corío es indiscutible. Gracias a la profundidad de su calado, estos puertos serán capaces de recibir los mayores buques del mundo, de hasta 400 metros de eslora y capacidad de 18,000 a 24,000 TEU. Esto significaría una reducción considerable en los tiempos de tránsito de los buques entre Asia y el Pacífico, pasando de 35 a solo 10 días, lo que se traduciría en menores costos de transporte y una mayor competitividad para los productos peruanos en el mercado global.
Para que estos proyectos portuarios se materialicen plenamente, es fundamental desarrollar la infraestructura de apoyo necesaria. Esto incluye la construcción de vías férreas, carreteras, terminales ferroviarios y aéreos, así como zonas industriales y de almacenamiento. Estos desarrollos permitirían crear un ‘hub’ logístico capaz de recibir y redistribuir carga de países vecinos, como Brasil, Bolivia y Paraguay, lo que consolidaría a Perú como un nodo de conexión transcontinental en la región. La clave para aprovechar esta ventaja geográfica radica en la creación de un entorno que facilite el tránsito eficiente de mercancías, beneficiando tanto al comercio local como internacional.
Finalmente, el impacto de la inversión privada en la calidad de vida de los peruanos no debe subestimarse. El impulso a un ‘hub’ portuario en el sur del Perú tiene el potencial de transformar la economía regional, generar empleo y mejorar la infraestructura. En un momento en que la reactivación económica es lenta, proyectos como estos representan una oportunidad crucial para fortalecer sectores clave, atraer inversiones extranjeras y mejorar la recaudación fiscal, asegurando que los recursos naturales y geográficos de Perú se utilicen de manera más efectiva y beneficiosa para toda la población.