El impacto que tendrá la nueva norma que multa a los ciclistas

Desde el próximo 3 de junio entrará en vigencia la aplicación de papeletas a ciclistas que incumplan el reglamento de tránsito. Las multas, que van desde los S/ 22 a S/ 352, fueron publicadas por el Gobierno en el Decreto Supremo N.º 012-2020-MTC.
Dicha norma promueve y regula el uso de la bicicleta como medio sostenible en todo el país (Ley N° 30936). Modifica el Reglamento Nacional de Tránsito. Asimismo, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) publicó el Manual para ciclistas del Perú en el que se especifica qué tipo de vehículo usar, así como las infracciones y el uso correcto de las vías.
Este Decreto Supremo publicado el 4 de junio del 2020, en plena pandemia, establecía un periodo de gracia de un año para la aplicación de papeletas. En ese sentido, indicaba que, si se multaba en ese lapso, serían de carácter educativo. Ello dejará de ser dentro de dos semanas.
Especialistas en urbanismo entrevistados por Gestión.pe señalan que esta modificación desincentivará el uso de la bicicleta como un medio de transporte alternativo en el actual contexto y post pandemia.
“La idea de que se impulsen multas a ciclistas va a generar un desincentivo para el que quiere usar bicicletas, no porque haya el interés o ganas de cometer infracciones, sino porque la infraestructura y el entorno no está preparado para ofrecer viajes seguros a los ciclistas”, dice Mariana Alegre, directora del observatorio ciudadano Lima Cómo Vamos.
De acuerdo con Alegre, una norma de este tipo no es eficiente, menos aún con multas o requisitos mayores porque se necesita ofrecer condiciones de seguridad al peatón como al ciclista, los actores más vulnerables en el espacio público.
“Cómo le podemos decir a una persona adulta que está iniciando en bicicleta que no utilice veredas porque va a ser multado. El escenario actual hace que tengamos esta percepción de vulnerabilidad frente al tráfico. Algunos ciclistas no dejarán las veredas, a menos que, la calidad del espacio público les brinde seguridad”, agrega Nilton López Franco, representante del colectivo Cicloaxion. No obstante, respalda la decisión de multar a las personas que manejen algún tipo de vehículo no motorizado en estado de ebriedad porque puede poner en peligro no solo su vida, sino de la comunidad.
Hace más de una década se incorporaron papeletas a los peatones a cargo del Consejo Nacional de Seguridad Vial (CNSV) que formaba parte del MTC. Luis Quispe Candia, presidente de la ONG Luz Ámbar, explica que en aquella oportunidad se pusieron más de 36,000 multas a peatones. Sin embargo, poco más de 700 pagaron la misma. Con el paso del tiempo, se eliminó esta medida.
“Con los ciclistas puede pasar lo mismo porque la concepción de sanción que están teniendo las autoridades me parecen equívocas, pero insisten. La posición de Luz Ámbar las sanciones a peatones y ciclistas no deberían ser pecuniarias sino de capacitación gratuita”, sostuvo.
El especialista considera que este tipo de sanciones económicas no va a solucionar el problema de fondo, que es tener una mejor infraestructura para los ciclistas. Sin embargo, considera que se debería promover la educación vial. “La sanción debería ser obligarlos a asistir a una capacitación de por lo menos 10 horas”, añade.
De acuerdo con los especialistas, las ciclovías en el Perú están mal diseñadas pues son estrechas, resbaladizas y no todas cumplen su función. No obstante, ello no quita que los ciclistas dejen de ser responsables en sus acciones ante los daños que puedan generar, como cuando una persona se involucra en un incidente.
“No existe un real valor del uso del transporte no motorizado en la sociedad. No solamente para el ciclista, también para las personas en transporte público, porque eso genera mayor ocupación de vehículos sostenibles. Existen argumentos”, señala Mariana Alegre. La urbanista indica que promover más reglas al uso de la bicicleta, como la compra del SOAT o instalación de placas impone barreras para fomentar su uso.
Por el contrario, es necesario generar incentivos como mejorar las ciclovias o crear ciudades cicloinclusivas, es decir, en las que bicicletas, peatones y vehículos motorizados puedan convivir adecuadamente. Por ejemplo, que los ciclistas no tengan que subir a la vereda para evitar ser golpeados por un auto.
“Si se quiere promover el uso de la bicicleta como un medio de transporte sostenible hay que llevarlo más allá del contexto de emergencia, también como política de Estado. Promover propiciar la adaptación de las vías y calles, reducir la velocidad de vehículos motorizados en zonas inseguras para todos. Así como mejorar el diseño urbano y vial”, sostiene
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