Perú está en una etapa crucial de su desarrollo infraestructural con inversiones que alcanzan los 37,000 millones de dólares en proyectos ferroviarios y la carretera Central. Según el ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez Reyes, estas inversiones tienen el potencial de transformar la logística del país, impulsando la exportación y reduciendo los costos. Perú, con sus significativos volúmenes de exportación, necesita sistemas de transporte eficientes. Los trenes, como principales medios de transporte en países con grandes volúmenes de exportación, son una pieza clave en esta estrategia.
En una entrevista con TV Perú, el ministro destacó varias rutas ferroviarias en desarrollo, entre ellas la que conecta Apurímac con el puerto de Marcona, una línea fundamentalmente orientada a la minería. Esta línea busca optimizar la exportación de minerales al concesionado puerto de Marcona. Asimismo, se están definiendo los términos de referencia para una ruta que partirá de Chota y se dirigirá hacia la costa, pasando por Cajamarca hasta llegar a Eten en Lambayeque. Este proyecto no solo mejorará la conectividad regional sino que también fomentará el desarrollo económico local, especialmente en zonas con inversiones mineras pendientes.
Los estudios para la gestión portuaria de la carga minera son esenciales, ya que en Cajamarca existen cuatro proyectos mineros con inversiones significativas. Las empresas involucradas han mostrado un claro interés en estas iniciativas. Además, se están impulsando proyectos ferroviarios de cercanías, como el tren Lima-Ica, cuyo perfil está por aprobarse, y los estudios para los tramos Lima-Barranca y Barranca-Trujillo. Estos proyectos, desarrollados en cooperación entre gobiernos para la construcción y mediante asociaciones público-privadas para el mantenimiento, son parte integral del plan de infraestructura nacional.
El ministro subrayó que el desarrollo de esta infraestructura permitirá a Perú aumentar su tasa de crecimiento económico anual del actual 2.5%-3% a un rango de 4.5%-5%. Este incremento se traducirá en un segundo relanzamiento de la oferta exportable del país, beneficiando a la economía en general y mejorando los ingresos de las familias peruanas. La inversión en infraestructura no solo es una apuesta por el crecimiento económico, sino también una estrategia para reducir la pobreza mediante la creación de empleos mejor remunerados.
En cuanto al sector portuario, el megapuerto de Chancay está avanzado en un 85% y se espera que sea inaugurado en noviembre de 2024. Este puerto, junto con las ampliaciones del Muelle Sur en Callao, aumentará significativamente la capacidad de manejo de TEU (unidad equivalente a veinte pies), con proyecciones que superan los siete millones de TEU. Este desarrollo consolidará a Callao y Chancay como uno de los hubs logísticos más importantes de la región, optimizando el flujo de mercancías y fortaleciendo la posición de Perú en el comercio internacional.
El crecimiento y expansión del Muelle Norte y Muelle Sur, así como el puerto de Chancay, son cruciales para los planes a largo plazo del país. Estos proyectos permitirán aumentar la tasa de crecimiento económico de Perú en los próximos 30 a 40 años, mejorando los ingresos y la calidad de vida de las familias peruanas. La lucha contra la pobreza en Perú se basa en el crecimiento y desarrollo económico sostenido, y estas inversiones infraestructurales son una pieza clave en esta estrategia.
En el ámbito aeroportuario, el proyecto del aeropuerto de Chinchero también está recibiendo atención prioritaria. Se han destinado 42 millones de soles para pagar deudas a las comunidades campesinas, permitiendo el reinicio de las obras en el terminal y el inicio de la construcción del cerco perimétrico. El ministro reafirmó el compromiso del gobierno con este proyecto, asegurando su sostenibilidad y continuidad como una prioridad nacional.
En resumen, Perú está embarcado en un ambicioso plan de desarrollo infraestructural con inversiones masivas en ferrocarriles, carreteras y puertos. Estos proyectos no solo buscan mejorar la logística y la competitividad del país, sino también fomentar un crecimiento económico inclusivo y sostenible que beneficie a todos los peruanos. Con un enfoque en la cooperación internacional y las asociaciones público-privadas, el gobierno peruano está sentando las bases para un futuro próspero y equitativo.
