Suiza se encuentra a la vanguardia de la revolución en el transporte de carga, con un ambicioso proyecto que podría cambiar la forma en que concebimos el movimiento de mercancías. Cargo Sous Terrain (CST), una sociedad anónima suiza, lidera la iniciativa que recibió la aprobación del Parlamento helvético en agosto de 2022. Este proyecto propone una red subterránea de transporte de carga que se espera esté operativa hacia 2045, utilizando vehículos eléctricos y autónomos.
La fase inicial del proyecto abarcará un túnel que conectará Zúrich, la ciudad más grande del país, con Harkingen, una localidad estratégica a unos 70 kilómetros al oeste. La red se extenderá posteriormente a otras ciudades clave como Berna, Ginebra, Basilea y Lucerna, conformando una red de al menos 500 kilómetros a unos 40 metros bajo tierra. Aunque la velocidad del transporte subterráneo será de unos modestos 30 kilómetros por hora, se destaca su enfoque en mantener un flujo constante y seguro de productos, evitando los problemas de tráfico en la superficie.
Un aspecto llamativo de este proyecto es que busca financiación exclusivamente por iniciativa privada. Aunque el Parlamento nacional dio su aprobación, el Gobierno federal no participará económicamente en el proyecto. El portavoz de CST, Patrick Aellig, señala que prefieren este enfoque para diseñar un sistema logístico y económico adaptado a las necesidades, evitando soluciones políticas que podrían imponer restricciones no deseadas.
La rentabilidad a largo plazo se espera que provenga del cobro a las empresas de transporte por el uso de los vehículos subterráneos. Estos vehículos, con dimensiones compactas, competirán en precios con los métodos de transporte más convencionales. Aunque el proyecto enfrenta desafíos financieros al depender completamente de la financiación privada, la visión de una red subterránea eficiente y respetuosa con el medio ambiente ha generado interés incluso a nivel internacional.
