El desarrollo de la infraestructura de transporte es crucial para el crecimiento y modernización de las ciudades. La Línea 2 del Metro de Lima y Callao es un ejemplo de un proyecto ambicioso que busca mejorar significativamente la movilidad urbana. Sin embargo, la ejecución de estas obras enfrenta obstáculos que podrían tener serias repercusiones. La presidente del Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público (Ositran), Verónica Zambrano, ha manifestado su preocupación respecto a la demora de cinco meses en el inicio de las obras de la Estación Central (E-13), un retraso atribuido a la falta de permisos municipales por parte de la Municipalidad Metropolitana de Lima.
Esta situación no solo representa un desafío administrativo y logístico, sino que también pone en riesgo el cumplimiento del contrato de concesión con posibles penalidades ante organismos internacionales como el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI). Las demoras en la entrega de permisos se traducen en costos adicionales y podrían implicar una compensación significativa al concesionario por los cambios necesarios en la operación del proyecto. La señora Zambrano subrayó la necesidad urgente de resolver estos inconvenientes para evitar mayores complicaciones y garantizar el avance continuo del proyecto.
Además de los retos inmediatos relacionados con los permisos, existen preocupaciones sobre el impacto prolongado en la ciudad. El alcalde de Lima ha expresado su inquietud por el cierre de calles y la alteración del tránsito y comercio local. No obstante, Zambrano destacó que estos problemas generalmente derivan de la falta de entrega oportuna de terrenos por parte del Estado, más que del proyecto en sí. Por lo tanto, subrayó la importancia de que el Estado cumpla con sus responsabilidades y facilite los permisos necesarios para la construcción de la Línea 2 del Metro de Lima y Callao.
El impacto de no completar la Estación Central sería considerable. Según Zambrano, sin esta estación, el proyecto estaría fragmentado, resultando en dos tramos no conectados. Esto complicaría la operación automatizada del metro, forzando al concesionario a modificar su software y solicitar compensaciones por los cambios operativos. Este tipo de ajustes no solo incrementarían los costos, sino que también podrían retrasar aún más la finalización del proyecto, afectando a miles de usuarios que esperan beneficiarse de una red de transporte eficiente y moderna.
La situación actual, según Zambrano, es favorable para avanzar con la construcción, ya que todos los terrenos necesarios han sido entregados. Sin embargo, la falta de permisos sigue siendo un obstáculo significativo. La presidenta de Ositran hizo un llamado urgente al Estado para que cumpla con sus compromisos y agilice el proceso de entrega de permisos municipales. Solo así se podrá evitar una serie de complicaciones técnicas y financieras que podrían tener repercusiones negativas a nivel internacional y local.
En conclusión, la Línea 2 del Metro de Lima y Callao es un proyecto esencial para mejorar la infraestructura de transporte en la ciudad, pero enfrenta desafíos críticos debido a retrasos en la entrega de permisos municipales. La pronta resolución de estos problemas es fundamental para asegurar el progreso del proyecto y evitar penalidades internacionales. La coordinación y el cumplimiento de las responsabilidades por parte del Estado son clave para el éxito de esta importante obra de infraestructura.
