El primer metro subterráneo del Perú, que por ahora funciona solo en un sector de este de Lima, tiene un avanzado sistema de abordaje con estrictas medidas de seguridad que previenen accidentes graves, situándolo a la altura de los estándares de las grandes capitales del mundo.
En diálogo con la agencia Andina, Walter De la Torre, jefe de comunicaciones de la Línea 2 del Metro de Lima y Callao, destacó que uno de los principales elementos de seguridad es el sistema de puertas de andén, que impide a los usuarios tener contacto con las vías (rieles).

Estas puertas se abren de forma sincronizada únicamente cuando el tren se detiene en la estación, lo que elimina prácticamente el riesgo de caídas o accidentes en la vía. Situaciones como peleas, empujones, tropiezos, intentos de suicidio o estados de ebriedad no suponen un peligro, ya que el acceso a los rieles permanece bloqueado.
«Las puertas de anden tienen un sistema que impide que el usuario tenga contacto con la vía (rieles). Estas puertas garantizan que el usuario pueda acceder al tren y bajar cuando se detiene. Esta es una medida de seguridad extrema para un tren automático», precisó.
El tiempo de apertura de las puertas varían según cada estación. En terminales como Mercado Santa Anita y Evitamiento (donde hay más demanda) es de 42 segundos, mientras que en estaciones intermedias es de 20 segundos. Este sistema está complementado con sensores que previenen el cierre accidental sobre los pasajeros, así como alertas visuales y sonoras para advertir del cierre inminente.
«Para evitar accidentes existe un sonido que avisa del cierre de puertas al igual que una luz verde intermitente. Lo que buscamos es que los usuarios tengan conciencia del tiempo en que se cierran las puertas para evitar atrapamientos, golpes de brazo.
De la Torre agregó que el tren, al ser automático, está supervisado desde el Puesto Central de Operaciones, donde se encuentran pendientes de cada detalle o eventualidad que pueda ocurrir. Incluso -señaló- que cuentan con la presencia permanente de un efectivo de la Policía Ferroviaria, que observa las incidencias diarias en la Línea 2 del Metro de Lima y Callao.

Cámaras de seguridad
Las cinco estaciones de la etapa 1A del metro subterráneo que están en funcionando son: Evitamiento, Óvalo Santa Anita, Colectora Industrial, Hermilio Valdizán y Mercado Santa Anita. En todo ese trayecto hay aproximadamente 80 cámaras de seguridad, además de las 26 cámaras instaladas en cada tren (24 internas y 2 externas), lo que permite al puesto de operaciones realizar una supervisión constante entre las 6:00 a. m. y las 11:00 p.m.
La Línea 2 también ha sido diseñada para ser inclusiva. En cada estación hay personal capacitado para asistir a personas con movilidad reducida o discapacidad visual. Además, los trenes cuentan con señaléticas de seguridad, extintores, manijas de sujeción, intercomunicadores para reportar incidentes y una palanca de emergencia que permite detener el tren en caso de situaciones extremas.

“Queremos inculcar una cultura de respeto por los espacios públicos. En los metros subterráneos del mundo se observa un comportamiento más cívico, y eso es lo que queremos lograr”, enfatizó.
Actualmente, por las cinco estaciones ya en funcionamiento se movilizan más de 40,000 pasajeros al día, sobre todo entre las 7:00 a. m. y 9:00 a. m. y de 5:00 a 8:00 p.m. En estos periodos, los trenes -con una capacidad para 1,200 pasajeros- circulan con una frecuencia de hasta cada 4 minutos, mientras que en horas valle (menor demanda) se reduce a cada 7 minutos.
La Línea 2 del Metro de Lima y Callao aún se encuentra en marcha blanca, es decir, con acceso gratuito para los usuarios mientras las autoridades respectivas continúan con el monitoreo de este sistema de transporte.

Cuando esté terminada, contará con 27 kilómetro de vía subterránea y unirá directamente los distritos de Ate, Santa Anita, El Agustino, San Luis, La Victoria, Cercado de Lima, Breña, Bellavista, Callao y Carmen de la Legua, en solo 45 minutos, lo que actualmente (en transporte convencional) representa 2 horas y 30 minutos en transporte público.
Las otras estaciones que faltan poner en funcionamiento son: Puerto del Callao (E-1), Buenos Aires (E-2), Juan Pablo II (E-3), Insurgentes (E-4), Carmen de la Legua (E-5), Óscar Benavides (E-6), San Marcos (E-7), Elio (E-8), La Alborada (E-9), Tingo María (E-10), Parque Murillo (E-11), Plaza Bolognesi (E-12), Central (E-13), Manco Cápac (E-14), Cangallo (E-15), 28 de Julio (E-16), Nicolás Ayllón (E-17), Circunvalación (E-18), San Juan de Dios (E-19), Vista Alegre (E-25), Javier Prado (E-26) y Municipalidad de Ate (E-27).