El enfoque del Gobierno peruano hacia el desarrollo vial se está ajustando, según las declaraciones del ministro de Transportes y Comunicaciones (MTC), Raúl Pérez Reyes. En lugar de centrarse en el tan discutido Tren Bioceánico, Pérez Reyes señala la atención hacia otros proyectos ferroviarios. Aunque el Tren Bioceánico, que aspira a conectar el Atlántico con el Pacífico, ha captado la imaginación desde 2013, su prioridad ahora parece haber disminuido. La atención se desvía hacia otras vías ferroviarias que se consideran más viables y estratégicas para el país.
Uno de los principales proyectos que se están promoviendo es el Tren Apurímac – Marcona, diseñado específicamente para facilitar el transporte minero desde el sur del país hasta el puerto de Marcona. Esta iniciativa, junto con otras como el tren que conectaría Chota, Cajamarca, con Eten, en Lambayeque, se consideran esenciales para el impulso económico y la atracción de inversiones en la región. Además, se contemplan proyectos de trenes de cercanías, como el Lima-Barranca, Barranca-Trujillo y Lima-Ica, que podrían mejorar significativamente la movilidad dentro del país.
A pesar de los entusiasmos previos en torno al Tren Bioceánico, Pérez Reyes argumenta que no es una prioridad actual para el Perú ni para Brasil. Se plantea que, en lugar de financiar este proyecto de gran envergadura, se deberían explorar alternativas más factibles y rentables. Entre estas alternativas se incluye la mejora de la conectividad entre ciudades peruanas clave, como Pucallpa y La Oroya, para facilitar el transporte multimodal y la exportación de productos peruanos.
La opinión sobre esta reorientación varía entre expertos y observadores. Algunos, como Paola Lazarte, exministra del MTC, argumentan que aunque los recursos pueden ser limitados, ignorar el potencial comercial del mercado brasileño sería un error estratégico. Otros, como César Candela, director ejecutivo de la Sociedad Nacional de Construcción e Ingeniería (SNCI), sugieren que el gobierno debería centrarse en proyectos que puedan ser ejecutados con los recursos disponibles y que contribuyan significativamente al desarrollo económico del país.
La implementación de estos proyectos no está exenta de desafíos. Pérez Reyes menciona la necesidad de considerar innovaciones tecnológicas y la búsqueda de financiamiento adecuado para llevar a cabo los perfiles de cada proyecto. Además, expertos como Candela abogan por una revisión institucional más amplia dentro del MTC para garantizar el éxito de estas iniciativas a largo plazo. A pesar de estos desafíos, el gobierno peruano parece estar comprometido con la promoción del desarrollo ferroviario como un motor clave para la competitividad y el crecimiento sostenible del país.
